Una subnormal va por la calle tranquilamente pensando en sus cosas con sus cascos a todo trapo cuando, sin previo aviso, se levanta un pivote de un garaje en la acera; ella cae al suelo sin entender nada, su pequeña nariz se convierte en la de Rosi de Palma y derrepente un flamante pollo se acerca a ayudarla y al ver tan maña napia sale despavorido. Seguramente este pollo azul si llega a conocer en otras circunstancias (o con otras narices, según se mire) a nuestra prota habrían acabado teniendo una historia digna de una peli ñoña de las que tanto nos gustan (cuyo titulo sería algo así como "When a chicken met a dumb" jeje!), pero claro la tronca vivió lo que llamamos una milésima de segundo cambia vidas (µSgCV).
Hoy hace exactamente un año sufrí uno de esos putos µSgCV, y os puedo asegurar que, efectivamente mi vida ha dado un cambio radical, hasta tal punto, que no creo que vuelva a ser la misma de antes de este puto µSgCV.
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